Ella se sentía sola, sumergió su cuerpo entre los acolchados y cómodos cojines de su sofá, abrazo sus piernas contra su pecho y se quedo mirando hacia delante, con la mirada perdida, al igual que sus pensamientos Miraba un punto fijo, trataba de limpiar su mente, trataba de olvidar el daño que ya estaba hecho, hacerlo irse lejos. Una lagrima dio comienzo a una cascada de lagrimas que atravesaban sus mejillas y caían humedeciendo todo a su paso.
-¿Por que?, ¿por que?, ¿por que?- solo eso pasaba por su cabeza, cada vez refiriendose a una cosa distinta.
No tener respuestas a cosas estúpidas, puede llegar a volverse insoportable. Cosas como nuestra forma de ser, o nuestra manera de actuar. Y es que en el fondo, ella solo quiere dejar de sentirse sola.
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